
La elección de las comunidades andinas como nuestro primer destino fotográfico no es casual। Nos moviliza el hecho de que, desde hace algunos años, existe una reivindicación de las culturas originarias, que durante siglos permanecieron acalladas, olvidadas, o simplemente bastardeadas. La situación política de varios países sudamericanos, junto a prácticas culturales que rescatan las expresiones ancestrales, acompañadas por una conciencia ecológica más benigna, son factores que tuvimos en cuenta para iniciar nuestra travesía.
